Hace muchos años, mi gran amigo Pedro me dijo “No todos tenemos la suerte de dedicarnos a lo que nos gusta”. Seguramente somos pocos los afortunados y ese pensamiento me ha acompañado durante toda mi vida.
Y esto no significa dedicarse a una cosa en concreto. En mi caso es estar relacionado con la innovación, la comunicación e internet, pero seguro tú tienes tus pasiones y motivaciones.
Si te gustaba lo que hacías, te gustaba cómo lo hacías y te gustaba tu rutina antes de la pandemia, eres de esos pocos afortunados y adaptarte dependerá de las condiciones que tu empresa disponga o si eres emprendedor o empresario, lo rápido y efectivamente adaptes tu actividad al nuevo escenario. Te dejo un video en el que te cuento algunos pasos para optimizar ese cambio.
Pero este tiempo también nos ha servido para reflexionar sobre lo que hacíamos y en muchos casos, descubrir interrogantes que junto a la incertidumbre que vivimos acerca del futuro, puede generarnos más preguntas que respuestas.
Hemos descubierto que vamos a necesitar nuevas capacidades para adaptarnos. En otros casos vemos la necesidad de incorporar conocimientos en nuevas materias, especializarnos en otras disciplinas, relacionadas o no con nuestros conocimientos, y un largo etcétera. Pues ahora es el momento de coger el toro por los cuernos, como decimos en España, y ponerte a configurar tu nuevo futuro laboral. Aprovechar esta etapa para redirigirlo a donde creas que serás más feliz.
Internamente además lidiamos con nuestros propios problemas e inseguridades. En un mundo que parece exigirnos ser capaces de todo, de saberlo todo, de resolverlo todo casi sin despeinarnos, podemos tener la sensación de que sabemos menos de lo que necesitamos. Tenemos esa sensación de síndrome del impostor y poco conocimiento frente a la exigencia.
Pues bien, tienes que ser consciente de que todos tenemos esos pensamientos. No es que tú estés inseguro y todos los demás sean genios. Hasta los más seguros y con las trayectorias más exitosas pasan por esas emociones que les lleva a pensar que están ocupando un lugar que no les corresponde.
Todos tenemos lagunas en nuestros conocimientos pero eso no tiene que detenerte. Por el contrario tiene que motivarte a ser mejor.
Así que por muy complicadas que estén las condiciones de tu entorno, por mucha exigencia que sientas que tienes, comienza a confiar en lo que sabes y en lo que puedes aprender.
Nadie nunca ha desperdiciado tiempo estudiando. Todo lo que has hecho te ha llevado al punto en el que estás hoy. Lo que crees que no sabes se puede aprender y hoy es más fácil que nunca en toda la historia de la humanidad. Te dejo también el video sobre las plataformas que uso personalmente para seguir actualizando conocimientos.
¡Y lo que no sabes también está bien! No tienes obligación de saberlo todo pero sí de confiar en ti mismo y en tu capacidad de crecer, de adaptarte y de luchar y prosperar.
La parte académica de nuestra formación es muy importante pero no nos enseña en la mayoría de los casos cómo lidiar con nuestro día a día, a reaccionar a los imprevistos, a adaptarnos a las situaciones anómalas y sobretodo, a lidiar con nuestras emociones.
Masterclass y otras plataformas con este tipo de contenidos, nos muestran el lado humano de los profesionales y cómo a lo largo de su carrera han ido lidiando con estas inseguridades y temores y la manera en la que forjaron su reputación y su trabajo. Su enfoque, sus vivencias, la manera en la que tomaron sus decisiones aquellos referentes son muy inspiradores y esclarecedores.
Hay un antes y un después de la pandemia, pero ahora mismo hay un durante y puedes aprovecharlo para reflexionar, aprender, adaptarte y redirigir tu carrera profesional a donde creas que vas a ser más feliz. Al final eso es lo realmente importante, haz lo que te haga feliz.
Hoy, si le preguntas a un adolescente qué quiere ser de mayor, es muy probable que su respuesta sea “Influencer o YouTuber”. Vivimos en la época del rápido, fácil y sin esfuerzo.Y normalmente 2 de esas 3 afirmaciones serán mentira para cada caso. O es rápido, o es fácil y sin esfuerzo, pero nunca dos de las tres. Vemos cuentas de Facebook o de Instagram llenas de followers donde parece que la vida tiene que ser sacarnos fotos en la playa de nuestros pies. En el fondo todos sabemos que eso es irreal y confiarnos al rápido y fácil y creer que tendremos éxito es como confiar nuestras finanzas a un billete de lotería.
Lo que hagas, hazlo por ti, no por agradar, no por fama, no por un número de likes o followers. No siempre estos grandes números de followers o likes quieren decir que tienes talento o has logrado el éxito, y no todas las críticas significan que hayas hecho un mal trabajo. Recuerda quitarle importancia a la aprobación de los demás, en especial en las Redes Sociales, donde muchas veces, el éxito estará relacionado con el entretenimiento que generes y no tanto con el talento real en tu profesión.
Tenemos que saber lidiar con nuestras inseguridades y también con las críticas. Recuerda siempre tu trayectoria y lo bueno que has hecho. Si voy a recibir un consejo o una crítica, que sea de alguien que también haya pasado por las mismas dificultades que yo, que se la haya jugado como yo y del que su trabajo hable antes que lo haga él. Es muy fácil hacer una publicación enseñándote cómo ganar tu primer millón de followers, pero antes, demuestra que tú eres capaz de hacerlo.
Es más, casi siempre, cuando se trata de alcanzar metas que realmente sean valiosas, estas vendrán de la mano de esfuerzo, dificultades y mucho tiempo de trabajo.
Recuerda que no eres tu carrera, tu título o tus estudios, eres tu esfuerzo, tu trabajo y tus ganas de superarte y nunca es tarde para aprender aquello que te motiva.
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